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Cuando María Palacios Almendro estudiaba en su colegio en Piura, el contexto y ambiente eran distintos al que hoy experimentan sus alumnos: no contaba con herramientas tecnológicas para su aprendizaje. “En muchas ocasiones, no había motivación en el aula. Si el profesor no estaba preparado, llevaba desventaja con sus alumnos que se dedicaban a copiar y aprender solo para aprobar el examen. Teníamos un rol pasivo. El alumno no era partícipe de su aprendizaje”.

Hace seis años, apareció una persona que la inspiró para elegir la carrera de docente: su profesora Claudia Vivanco, quien utilizaba diversos recursos para innovar en sus clases. Fue allí que María Palacios se dio cuenta de que la tecnología podría ser, además de herramientas y aplicaciones, una forma para innovar en la enseñanza.

Al inicio de su carrera como docente, María aplicó la teoría aprendida, pero fue en el camino cuando aprendió que no basta solo con dictar clases, sino que los docentes deben ser una guía para los estudiantes. La niñez es el futuro de la sociedad. Entonces, debemos darles lo mejor que podamos ofrecerles: una buena educación.

“Cada alumno es un mundo. No solo piensas en tu lugar de educador si no de orientador. Muchos chicos te piden un consejo y te multiplicas en varias funciones para ayudarlos. Te conviertes en un mix de amigo- psicólogo- guía. Al conocerlos, vas buscando herramientas pedagógicas para que los niños aprendan de acuerdo a su ritmo, habilidades, necesidades”.

Hace un año empezó a trabajar con alumnos de secundaria y entendió que tenía un nuevo reto: ahora debía utilizar más herramientas digitales en el aula. Empezó a crear proyectos orientados a mejorar hábitos de lectura y ortografía de sus estudiantes usando tecnología y recursos como redes sociales, lecturas digitales, talleres de booktubers, entre otros.

La educación es nuestra licencia para un futuro mejor

El año pasado, se suspendieron las clases por los estragos que causó el fenómeno de El Niño costero. Junto a un grupo de profesores, creó el blog «Leer es crecer», espacio orientado para enviar tareas a los alumnos a casa. Con mucha creatividad, colgó en el blog todo su plan lector, subió videos y creó una cuenta en Facebook y otra en Instagram para incentivar la participación de los escolares. Y lo logró.

Con este proyecto ganó el primer puesto del Concurso Innovación Educativa 2017 organizado por la Fundación Telefónica, que tiene el objetivo de incentivar y apoyar la integración de las tecnologías en los procesos de enseñanza. Como premio, viajó a Argentina donde compartió sus experiencias con docentes de otros países que la ayudaron a seguir capacitándose.

“El año pasado para mí fue de ensueño porque gané el concurso. Eso me hace creer que voy por un buen camino. Es satisfactorio saber que se premian prácticas educativas, que se valora el esfuerzo que hacemos para mejorar la educación del país”.

Este año, gracias a su labor como docente y los proyectos que ha realizado con el uso de la tecnología, ha ganado dos premios más: el Internacional Grandes Mujeres 2018 – Award Ladies Grand Masters, en la categoría de Educadora para la Paz que lo recibirá en Argentina y el Premio Internacional Estrella del Sur de Uruguay.

Para María, un profesor más que un docto en conocimiento, debe ser un guía, un motivador que brinde todas las herramientas a los estudiantes para que los hagan protagonistas en el aula.

“En mi clases yo doy las pautas y mis alumnos crean, plantean ideas, hacen propuestas, salen de sus esquemas. No esperan a que les digamos qué hacer. Al final de la clase se despiden y agradecen por lo compartido. Esto me ayuda y me complace. Es un aprendizaje para la vida en sí y con eso ya me doy por servida”.

Una de las más reconocidas frases del reconocido activista, político y filántropo, Nelson Mandela, es: “la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. María Palacios está usando esta valiosa arma para mejorar y transformar, desde su campo de batalla, la educación en nuestro país.

 

 

 

EL ARMA MÁS PODEROSA
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